Hablar de beisbol es hablar de negocios. Hoy por hoy las conversaciones entre fanáticos y periodistas es sobre agencia libre, clausulas y contratos millonarios.
En el beisbol de Grandes Ligas, Mayor League MLB, hay una tendencia actual a los nuevos contratos apoyados básicamente en las estadísticas. Las reseñas periodísticas giran alrededor de eso. Los actores del espectáculo han reconocido que es la actuación individual de cada uno de ellos la que es evaluada a la hora de la firma de un acuerdo.
Cada nueva temporada de este beisbol está enmarcada en el recuerdo de los contratos millonarios y la agresiva voracidad de los equipos ricos. Por eso ha regresado mi memoria a mis 12 años, donde están mis recuerdos iniciales del beisbol de las grandes ligas, las transmisiciones radiales y los pocos juegos televisados en blanco y negro, además de seguir dia a dia las publicaciones en diario matutino El Caribe. Es la época 1968 a 1969 cuando un Dennis McLain, con sus 31 victorias en una temporada. Los duelos épicos de Juan Marichal y Bob Gibson, el bateo y aura de Pete Rose. La victoria de los Tigers Detroit en siete juegos de la Serie Mundial contra los Cardenales de San Luis. Los recuerdos de Mickey Lolich, Julian Javier, Lou Brock, Al Kaline, por este ultimo mi nickname es: AL
El 1969 es un año de flashes y cambios en el beisbol y mi vida. Continuó la expansión a 24 equipos y la reorganización en dos divisiones: oeste y este. Es el tiempo de ‘los increíbles y maravillosos’ Mets, un equipo con 100 victorias y que barrieron a los Bravos Atlanta quienes contaban con la presencia de Peruchin Cepeda, Rico Carty y Felipe Alou, además de Niekro y Reed.
Los Mets de New York marcaron mis simpatías por ver como se levanto un grupo de desconocidos y débiles que llegaron a derrotar a los grandes del momento: Orioles de Baltimore con Cuellar, McNally y Palmer , los Robinson (Brooks y Frank) y Powell. Esa serie marco mi vida, mi percepción de la gallardía y la fe en que todo es posible, principalmente fuera del beisbol. Me hizo entender mucho más de la vida e identificarme con la figura de la lucha del débil contra el fuerte y mi naturaleza misma de antihéroe. Independientemente que reconozco que aprendí a soñar, dibujar y hasta leer con las historietas o los ‘paquitos’ del héroe de héroes : Superman.
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