Volviendo la memoria hacia atrás, rebuscar en el pasado, es
muy fácil para muchos de nosotros. Es
un ejercicio que se llega hacer cuando estas buscando en tus escondites
internos, aquellos que se encienden en momentos en que llegas a ver algo en
particular. Cuando intentas pasar balance quieres encontrar virtud y que has vivido entre virtudes, que has tenido una vida sana y llegas hasta cuestionar que si ha valido la pena vivir, sin querer reconocer que eso somos un resultado de lo vivido y tu calidad de vejez no creo que este amarrada con tanta o buena virtud haz vivido. Por lo tanto, dejemos de pensar y reprocharnos, aprovechemos en mejorar esa calidad con la experiencia.
Mis memorias están llenas de actividades similares a los de
mis generaciones pos-Trujillo, las cuales se llenan con las experiencias
profesionales en mi caso con la arquitectura y la fábrica de carpintería de mi
padre como las actividades de mi segunda pasión: la fotografía y, un amigo que
juntos sonábamos haciendo exposiciones, aquellos tiempos los 70s dominaba la fotografía
sin color y mi trabajo estaba relacionado con la madera.
Pero mi verdadera
pasión ha sido el pasatiempo nacional de los dominicanos y norteamericanos: el
béisbol. Pero, no solamente es béisbol lo
que recuerdo en los tiempos en que en nuestra ciudad se enfrentaban ferozmente a
muerte militares y civiles. Eran los
tiempos en que ver a mi padre impecable con su uniforme blanco era todo un
orgullo ser miembro militar. Nuestra
ciudad capital hacia rato que había cambiado de nombre, el odioso nombre de
Trujillo había pasado a la historia con su muerte, pero sus influencias y presencia
no habían pasado a otro mundo; las fuerzas y poder de sus remantes se mantenían
y eso en sí mismo habían generado en esa lucha armada que tenía como escenario
a la Capital del país y que trajo consigo la exorbitante intervención de más de
40 mil marines enviados personalmente por Lyndon Johnson, ¿su argumento? Nunca
lo olvidare “para proteger la vida e intereses de los norteamericanos” pero
realmente hasta un niño podía entender el motivo de que llegaron al país como
lo habían hecho recién meses cuando como entraron directamente con más de 65
mil hombres en la Guerra de Vietnam,


Recién días volví de nuevo a Flushing Meadows Park, obra
importante de Robert Moses, una figura presente desde 1930 a 1965 en la
historia del desarrollo de la ciudad de New York, y demás no está decir que es el parque emblemático
del Borough de Queens de la ciudad de New York, y particularmente su símbolo es
la estructura de un globo de 7 toneladas de acero inoxidable y más de 35 metros
de diámetros, en una gran fuente iluminada, con su representación de nuestro
planeta y tres anillos simbólicos de las orbitas del ruso Gagarin, del
americano John Glenn y del satélite Telstar de AT&T. Ese globo metálico no es más que la UNISPHERE,
símbolo y una de las pocas construcciones que quedaron de la FERIA 1964-65 y
que todavía siguen conmigo en mi memoria como símbolo de New York.
Recién después de una ronda de fotografías casi en la
medianoche tuve que regresar para observarla con el ocaso del sol, apreciar
como la calidez del “sunset” la presentaba y mis recuerdos, sentado en un banco
al caer la noche apreciando ese globo no dejaron de regresarme 5 décadas atrás,
asi que una mezcla de béisbol con los adorables perdedores New York Mets y para
ese momento un “moderno” estadio de más de 50 mil personas, seguían aquí. Un evento como una Feria Mundial y la imagen que
mostraba al mundo del desarrollo de una ciudad como la capital del mundo, son
también parte de mis fantasías y mis dibujos de ciudades que crecían con el
automóvil y se expandían como crecieron mis inquietudes de soñador de ciudades,
que apretando mis lápices mostraban como sus edificios se entremezclaban con
sus calles.
Aunque tengo que reconocer que aquellas imágenes de postal
crecieron en mí el interés por las FERIAS Mundiales, ahí el motivo de dedicarle
tanto tiempo a escudriñar todo lo
posible como marco de estudio de aquella famosa FERIA DE LA PAZ Y DEL MUNDO
LIBRE, el momento cumbre de la presentación de los logros de la tiranía de
Trujillo en 1955 como la FERIA de NY 1939 -1940 y realmente fue uno de los
atractivos de New York para poder llegar hasta la Biblioteca Pública de NY y así,
consultar directamente los archivos originales de aquellas Ferias y, otros
temas que me apasionan como entender como MOSES, el gran desarrollador de la estructura física de
la ciudad, que tejía tras un mundo con un poder faraónico, lo convirtió en el poder hombre que le dio forma
a la política de la ciudad y con ello lo buenos resultados y otros que podemos
evaluar bajo otras premisas, como los grandes deterioros urbanos que plagan la
ciudad y que todavía hoy se sufre, no solamente con que se hayan perdido a los
DODGERS de Brooklyn.
VOLVIENDO LA MIRADA ATRAS: Santo Domingo / New York,1965 - 2016
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